Tipos de Dominios de Internet
Si estás interesado en lanzar a Internet una página web a través de la cual promocionar y vender tus productos o, simplemente, aportar información a tus usuarios, no tardarás en darte cuenta de que la elección entre los diferentes tipos de dominio puede suponerte un quebradero de cabeza. Sin embargo, si no tienes muy claro cuántos hay ni en qué se especializa cada uno, no te preocupes. Aquí vamos a explicarte qué son y los diferentes que existen.
¿Qué es exactamente un dominio web y por qué es tan importante disponer del adecuado?
Vamos a definir brevemente qué es un dominio para establecer la base sobre la que, posteriormente, realizaremos la comparativa entre los diferentes tipos existentes.
En concreto, por dominio de Internet se entiende el nombre único y exclusivo que identifica a un determinado sitio web dentro de la Red. Su propósito es el de traducir las direcciones IP, que suelen estar formadas por amplias cadenas de números, en términos que sean fáciles de encontrar y de memorizar.
Por ejemplo, imagina que quieres entrar al portal de Google, el más importante buscador de contenido en la actualidad. Si no existiera el Sistema de Nombres de Dominio, conocido como DNS por sus siglas en inglés, en lugar de ‘www.google.es’, tendrías que escribir, en el cuadro de entrada de URL de tu navegador, su dirección IP, es decir, ‘www.172.217.10.110/’. Como ves, la extensión ‘.com’ también sería eliminada ya que forma parte de dicho sistema.
Con el paso del tiempo, la proliferación de páginas web ha sido tan alta que, poco a poco, han ido surgiendo varias formas de dominio ajenas a las generales (el tradicional ‘.com’, por ejemplo). Esto ha propiciado que los haya de ámbito local y regional también, lo que facilita la tarea a los usuarios y los buscadores de fijar el portal en un determinado ámbito geográfico.
¿Qué tipos de dominios web existen en la actualidad?
En líneas generales, podemos distinguir tres tipos diferentes de dominios web: los genéricos, los territoriales y los de tercer nivel. Aquí vamos a detallarlos:
Dominios genéricos
Los dominios genéricos, también denominados gTLD, fueron los primeros en aparecer como parte del sistema DNS al que hicimos referencia anteriormente. De hecho, por este motivo, son los más abundantes y los más complicados a la hora de encontrar un nombre disponible.
Poseen la peculiaridad de no estar enfocados a un país en concreto, de lo cual procede su nombre, esta es una de las razones por las que puedes registrar tu dominio en múltiples registradores a nivel mundial, si bien desde aquí te recomendamos que lo registres en un proveedor de dominios que tenga caracter oficial en tu país o recurrir a proveedores muy conocidos como Webempresa o en ProfesionalHosting, son dos de los mejores hosting de España que además de ser registradores oficiales en España te regalarán el coste del dominio durante tu primer año al contratar cualquiera de sus servicios de hosting.
Estos son los dominios genéricos más importantes y extendidos:
- .com: extensión de dominio destinada a páginas web comerciales.
- .net: extensión de dominio destinada a páginas web de proveedores de Internet y actividades relacionadas.
- .org: extensión de dominio destinada a páginas web de organizaciones sin ánimo de lucro.
- .info: extensión de dominio destinada a páginas web de carácter informativo.
- .biz: extensión de dominio destinada a páginas web enfocadas en negocios (‘biz’ es la abreviatura de ‘business’).
- .mobi: extensión de dominio destinada a páginas web específicamente diseñadas para dispositivos móviles. El auge de los diseños ‘responsive’ ha hecho que esté prácticamente en desuso.
- .gob o .gov: extensión de dominio destinada a páginas web gubernamentales.
A estas habría que añadir otras como .travel (páginas web de viajes), ‘.jobs’ (páginas web de búsqueda de trabajo) o ‘.xxx’ (páginas web de contenido pornográfico), pero son casi inexistentes en la actualidad.
Dominios territoriales
Los dominios territoriales, también llamados dominios ccTLD, son exactamente lo contrario de los genéricos. Y es que, mientras que estos no estaban asociados a ningún ámbito geográfico como ya habíamos comentado, de los que vamos a ocuparnos en este epígrafe sí.
De manera habitual, la extensión de estos dominios suele guardar relación con el país en el que se ubica la página web o, en su defecto, con el que quiere mantener vínculos de cualquier tipo. Por ejemplo, a pesar de que la multinacional IKEA posee un portal principal ‘.com’, cuando un usuario entra desde España, lo hace mediante la dirección ‘www.ikea.es’.
En cualquier caso, también hay dominios territoriales que abarcan una porción de geografía inferior a un país, como es el caso de Cataluña que, más allá de controversias políticas actuales, cuenta con el ‘.cat’.
La principal ventaja que brindan respecto a los genéricos es que permiten, por un lado, a los buscadores web establecer de un modo más certero el ámbito geográfico en el que la web quiere operar de cara al posicionamiento SEO, la búsqueda de tráfico web y, en el caso de las tiendas web, el comercio electrónico. Por otro, también ayuda a los usuarios a tener más claro el lugar del que procede el portal al que están accediendo.
Estos son algunos pequeños ejemplos de dominios territoriales, de los cuales hay más de 200 registrados en el DNS:
- .es: dominios de páginas web en España.
- .uk: dominios de páginas web en Reino Unido.
- .fr: dominios de páginas web en Francia.
- .de: dominios de páginas web en Alemania.
- .it: dominios de páginas web en Italia.
- .us: dominios de páginas web en Estados Unidos.
Dominios de tercer nivel
Hasta ahora, comprender en qué consistían los dos tipos de dominios a los que hemos hecho referencia ha resultado bastante sencillo. Sin embargo, toca hablar de los de tercer nivel, que son bastante más complicados ya que mezclan elementos genéricos y territoriales. De hecho, queremos destacar, desde un principio, que son los que gozan de menos éxito ya que son los más complicados de recordar por parte de los usuarios. Sin embargo, el incremento en el número de páginas web a nivel mundial ha hecho indispensable su utilización.
Por un lado, los dominios de tercer nivel han servido para que las compañías que ya poseyesen uno genérico ‘.com’ no tuviesen que adquirir uno exclusivo en el país en concreto en el que querían tener presencia geográfica. Y es que, a menudo, tenían que enfrentarse a la cuestión de que el nombre que deseaban ya estaba ocupado por otro usuario, de modo que tenían que comprárselo, lo que no solía ser barato en el caso de las grandes marcas, o modificarlo, lo que es una locura en términos de posicionamiento.
Es cierto, respecto a esta última cuestión que acabamos de comentar, que la legislación prevé sanciones para aquellos para este tipo de casos. Sin embargo, la complejidad del hecho radica, fundamentalmente, en que el demandante debe demostrar que ha existido mala fe a la hora de ocupar el dominio para obtener beneficios de su venta, alquiler o cesión o para confundir a los usuarios que busquen a la marca afectada con el propósito de que accedan a otra diferente.
Por estos motivos, desde que existen los dominios de tercer nivel, una compañía puede optar por añadir la extensión ‘.com.es’ en España, ‘.com.ar’ en Argentina o ‘.com.uk’ en Reino Unido, por ejemplo.
Además, han servido para añadir un grado de especialización más profundo. De hecho, según el tipo de actividad que desarrolle la empresa, es posible añadir una extensión de dominio determinada. Por ejemplo, las Administraciones Públicas de España, para hacerse reconocer más fácilmente, utilizan el dominio de tercer nivel ‘.gob.es’, mientras que las instituciones educativas han apostado por el ‘.edu.es’. Esta es una práctica bastante extendida en todos los países del mundo cuyos organismos estatales o regionales ofrecen servicios online a los ciudadanos.
El período de gracia – Redemption Period
Queremos acabar este artículo haciendo referencia a un concepto importante y que, en muchas ocasiones, es olvidado por quienes compran un dominio. Y es que, con el paso del tiempo, este llegará a expirar. Si bien es cierto que, por lo general, suelen adquirirse por largos períodos (10, 20 e, incluso, 50 años), no está de más tenerlo en cuenta.
En caso de que llegue la fecha de caducidad sin que el propietario lo haya renovado, las autoridades competentes en función del escogido, que es Verisign para los ‘.com’ y ‘.net.’ o PIR para los ‘.org’, por ejemplo, concederán un período de gracia durante el cual el usuario no lo perderá y tendrá derecho a renovarlo al mismo precio y en la misma compañía que la primera vez. Eso sí, si este finaliza sin que se haya producido dicha renovación, perderá todos sus derechos sobre él y cualquier otro usuario podrá utilizarlo.
El período de gracia suele durar 42 días, aunque depende del caso. Posteriormente, entra en vigor el período de redención, que tiene una vigencia de 30 días. En él se empiezan a borrar todos los datos almacenados en relación con el dominio y se deja totalmente inactivo. Aún así, el propietario anterior puede recuperarlo. Eso sí, abonando, además de los gastos de mantenimiento pertinentes, unas tasas que pueden oscilar entre los 120 y los 200 euros. Además, la reintroducción de la información eliminada debe hacerse manualmente y puede llevar varios días, lo que es un grave perjuicio para el negocio.
Estamos seguros de que, después de haber leído este artículo, tienes mucho más claro qué son los dominios, qué tipos existen y muchas otras cuestiones de interés relacionadas con ellos. Ahora, solo te queda elegir cuál es la mejor opción para ti.